Las palabras fueron avispas
y las calles como dunas
cuando aun te espero llegar
(de un momento a otro).
En un ata? d guardo tu tacto y una corona
con tu pelo enmara? ado
queriendo encontrar un arcoiris infinito.
Mis manos que a? n son de hueso
y tu vientre sabe a pan
la catedral que es tu cuerpo
lo ser? del enemigo.
Eras verano y mil tormentas
y yo el le? n que sonr? e a las paredes
que he vuelto a pintar del mismo color.
No s? distinguir entre besos y ra? ces
no s? distinguir lo complicado de lo simple.
Y ahora est? s en mi lista
de promesas a olvidar
todo arde si le aplicas la chispa adecuada.
Escribe con carb? n en mi pensamiento
que cruzamos oc? anos de tiempo
dibujando los garabatos de mis fantas? as
poco es tanto cuando poco necesitas.
El fuego que era a veces propio
la ceniza siempre ajena
blanca esperma resbalando por la espina dorsal.
Ya somos m? s viejos y sinceros y que m? s da
si miramos la laguna como llaman ala eternidad
de la ausencia.
No s? distinguir entre besos y ra? ces
no s? distinguir lo complicado de lo simple.
Y ahora est? s en mi lista
de promesas a olvidar
todo arde si le aplicas la chispa adecuada.
No s? distinguir entre besos y ra? ces
no s? distinguir lo complicado de lo simple.
Y ahora est? s en mi lista
de promesas a olvidar
todo arde si le aplicas la chispa adecuada